miércoles, 3 de febrero de 2010

PUERTA REAL 2 - II - 2010

Jesús Maeso, ganador del II Premio
de novela histórica Caja Granada

ARRIBA Y ABAJO

Mientras en el Cubo cenaban trescientas personas a cobijo de un premio de novela, un hombre que aprendió a leer a los 20 años presentaba en Almuñécar un libro con el solo pertrecho de un botellín de agua mineral.


El pasado viernes coincidieron dos actos. Uno, boato y lucimiento. Otro, pobreza y anonimato. La cultura entendida como promoción frente a la cultura practicada como pasión. Lo primero, con los ahorros de los granadinos. Lo segundo, con el dinero privado de los socios de Granada Costa.

Arriba y abajo, como en la serie de televisión de los 70. El acto de Caja Granada, prescindible. La iniciativa de Granada Costa, necesaria.

La novela loada en el Cubo habría visto igual la luz sin premio, ya que el ganador ¡qué casualidad!- ha publicado reiteradamente en la editorial que edita el galardón. Los ahorradores granadinos pagando un estipendio que no les compete. Caja Granada como obediente servidora de una empresa privada.

Puro y hermoso el libro que Paco Ávila presentó en el hotel Helios de Almuñécar. Un libro que impulsa a la aceptación sin juicios, al crecimiento y al hallazgo. Justo el libro que, en las presentes circunstancias, no publicará jamás Caja Granada.

La cultura espectáculo ante la cultura a secas. El baile de las máscaras frente a las máscaras desveladas. El dinero como prueba de la calidad frente a la calidad libre de dinero.

Baldío esfuerzo el de Caja Granada. ¡Sólo para ocupar unas protocolarias páginas en los periódicos! Para demostrar un poder que se tambalea, pues todo poder que anhela uncirse al prestigio vano es un poder con los pies de arcilla.

Los desnortados entenderán el acto del Cubo como una celebración cosmopolita mientras juzgarán provincianas iniciativas como las de Granada Costa. Justo al revés de lo que proclama la verdad: que lo cateto fue el acto de Caja Granada. La verdadera cultura nace desde abajo, huye de los saraos, los banquetes y el desfile de personalidades. La verdadera cultura mana del esfuerzo solitario y es siempre humilde y privada.

Mientras cenaban gélidamente en el Cubo trescientos comensales atragantándose con gélidos discursos institucionales, otras personas escuchaban en Almuñécar a Paco Ávila, compraban su libro y lo aupaban brindando con vasos de plástico.

Arriba y abajo. La cultura enseñoreada frente la cultura cenicienta. La feria de las vanidades ante la vanidad vencida. El relumbrón de los focos frente a las sombras fructíferas.

¡Qué hostiles a la creación son los palacios! Nada real nace de las perlas y el boato. Paco Ávila y su libro “La mesa de pino oscuro” se convirtieron el viernes en el teatro bajo la arena de Lorca. Arriba se daba teatro burgués.

Lo grande nace siempre entre ruinas y estercoleros. Abajo. Jamás arriba.

Diario IDEAL, 2 de febrero de 2010

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