martes, 30 de agosto de 2011

¡ESTO ES LA POLÍTICA!

«“¡Esto es la política!” ha sido el canto de 
sirena del tercermundismo democrático español» 

La democracia española crucificada por "¡Esto es la política!" (composición sobre fotografía original de Bettina Rheims y Serge Bramly)
¡Esto es la política!

“¡Esto es la política!”: eslogan de la corrupción de la democracia española. No hay una frase que se haya pronunciado más y de manera más solapada y artera. Allá donde había que realizar una trapacería, se ofertaba algo venal, se practica un enchufe o se permitía un acto ilegal, la justificación era “¡esto es la política!”. En nombre de la política se han cometido todos los abusos, se han conculcado todas las leyes y se ha reclutado el hispano ejército de la corrupción.
La frase no consta en las hemerotecas ¡Faltaría más! Ya que se han encargado de velarla hablando de democracia e igualdad… Pero en privado, cuando se les ha puesto por delante alguien que aún creía en los principios, la coartada estaba lista: “¡No seas pardillo, esto es la política!”.
Los militantes de los partidos están hartos de escucharlo. ¡No hablemos de los que ostentan alguna representación institucional! “¡Ésta es la política, señores!”. Es decir, hay un mundo fuera que se supone debe seguir las leyes de la moral y la honradez. Y luego hay otro mundo, el de la política, que hace de su capa un sayo. “¡Vamos, chico, déjate comprar, que esto es la política!”.
Se debería hacer una votación en cada partido para ver quien de sus dirigentes ha pronunciado más veces la frase. Una vez hallado, no cabrá duda de que es uno de los responsables de la corrupción que nos gangrena. Y debe, por tanto, ser erradicado de la cosa pública.
La frase “¡esto es la política!” ha constituido una arma formidable para espolear a hacer cosas dudosas, a contra natura, para violar principios y conductas, para llevar a los incautos por las sendas de la venalidad. Ha sido el canto de sirena del tercermundismo democrático español. El conjuro mágico que ocultaba el verdadero nombre de las cosas, que solapaba la turbiedad, que evitaba las explicaciones del corruptor haciéndolo aparecer como un dechado de modernidad: “¡Pero chico, parece que estás en Babia! ¿No te has dado cuenta de que esto es la política?”. Así, el que perseveraba en su honradez, aparecía como anticuado y falto de ilustración, como un paleto perdido en la urbe. “Pero, mujer, ¿has llegado a la capital y aún mantienes la mentalidad pueblerina? ¡Esto es la política!”.
Qué lejos de la política real, que no es el arte de romper voluntades con capciosos argumentos, con apetitosos cargos, con tentadoras cantidades; que no es la ciencia de pisotear los medios para alcanzar un fin, aunque sea loable. Pensar “¡esto es la política!” nos ha traído a un estado de postración, a una barbarie ilustrada en la que todo se hace para el pueblo pero por encima del cadáver del pueblo. Primero matan y, luego, legislan para los muertos. Porque España está muerta. Sobre su cruz, destella el INRI: “¡Esto es la política!”.

GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 30 de agosto, 2011 

3 comentarios:

  1. K bien dicho, Don Gregorio!!! Gracias! En nombre de todas las víctimas de la guerra psicológica llevada por "DRY"&Co contra la Utopia y la Autenticidad durante la acampada granaina!..PUEBLO LLANO Y DESPIERTO!LA LUCHA ES NUESTRA! NO PERMITES MÁS DESACREDITACIÓN,EXCLUSIÓN,MANIPULACÓN DE PARTE DE LA VANIDOSA CLASE ESTUDIANTIL POLITICASTRA!!! S.Cheval

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  2. La familia. En la mafia es la familia lo que cuenta. Aquí también. Todo el mundo tiene un primo o un cuñao a quien enchufar. Y este a su vez... Así se montan las corruptelas, y si no fijémonos en Andalucía. Y es que seguimos siendo franquistas. Familia, municipio y sindicato. Tres pilares de la corrupción. Y luego dirán de la memoria histórica...

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  3. El padre del actual presidente de Perú, Ollanta Humala, dijo en una entrevista reciente que fomentó la milicia a sus hijos, para que así alcanzasen el poder de forma más rápida y directa.

    Los clásicos griegos ya nos dejaron escrito todo lo que acontecía en aquellos tiempos, y continuaría aconteciendo en los actuales. Parece ser que la Historia no se aprende, tan solo se repite.

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