domingo, 18 de septiembre de 2011

UNA DENUNCIA HISTÓRICA

«Denunciamos el estado de arbitrariedad
de los poderes públicos»

Firmantes del llamado "Manifiesto de Granada" (1994). De izda. a dcha. y de arriba hacia abajo: Juan Goytisolo, Gregorio Morales, Fernando de Villena, Antonio Enrique, José Lupiáñez, Antonio Gala, Enrique Morón y Ricardo Bellveser
Una denuncia histórica

Cuando la gente de la cultura callaba sirviéndose a manos llenas de las subvenciones dadas pródigamente por ayuntamientos, diputaciones, autonomías y ministerios, 60 escritores alzaron su voz en una fecha tan lejana como ¡1994! causando impacto en la dócil opinión pública. El breve texto en el que denunciaban esta corrupción y desmesura fue conocido como Manifiesto de Granada y se publicó en la prensa nacional, dando origen a un encontrado debate. Reproduzco aquel Manifiesto con sus firmantes. ¡No, no todos callaron!

MANIFIESTO DE GRANADA
La literatura española contemporánea ha llegado a una situación  de peligroso anquilosamiento, entre otras cosas por el silencio en que se ha tenido a una gran parte de escritores, relegados por causas tan ajenas a la verdadera literatura como sectarismos políticos, imposiciones estéticas o dudosos intereses personales. Es hora de destruir el laberinto que ha enrarecido y mixtificado nuestro panorama durante las últimas décadas poniendo justicia e imparcialidad en esta inmensa herida. ¿Qué se puede ganar descartando a unos si no es el mayor medro de otros? No estamos tan sobrados de buenas obras como para permitirnos quemar gran parte de ellas. Invitamos a la crítica independiente, aquella que, a la larga, descubre lo mejor de una literatura, a volver, en un movimiento de justicia, sobre ellas. A menudo es en el lado de la sombra donde anida el futuro y la renovación de las estructuras. El éxito inmediato que se ha impuesto en los últimos años es un doloroso síntoma de que no se están ofreciendo ni alternativas ni novedades al mundo en que vivimos.
No somos un grupo ni una generación, y nuestros credos son tan diferentes como los de la sociedad; no nos unimos para pedir la cabeza de nadie, pero sí la demolición de los caminos viciosos que han permitido esta sangría: Premios amañados, cenáculos auspiciados por el poder, consignas de dudosos jefes literarios, patentes de corso para impartir prestigio, críticos sectarios... Denunciamos especialmente el estado de arbitrariedad de los poderes públicos en orden a subvenciones que provocan el tráfico de influencias en manos de particulares. Exigimos a los gestores públicos en el Ministerio de Cultura, consejerías autonómicas, universidades, diputaciones y ayuntamientos, que reflexionen acerca de que gran parte del malestar existente en la cultura radica en su modo sesgado de actuar, favoreciendo con criterios políticos a determinados grupos, los cuales se sirven de los impuestos de los ciudadanos para imponer sus intereses, aplastando y condenando al silencio a los que representan diferentes alternativas. Por ello nos reafirmamos en los valores constitucionales y exigimos su estricto cumplimiento a quienes están obligados a velar por ellos.
Sin demora debe desaparecer de todos los ámbitos cualquier discriminación. Un escritor sólo puede y debe ser juzgado por la calidad de lo que escribe, lo que no ha sucedido en la literatura española actual. Aunque somos conscientes de que las estéticas exclusivistas que han actuado de gendarmes de la cultura conllevan en su proceder su propio desprestigio, no toleraremos por más tiempo semejante situación.
Granada, junio, 1994
Firman (por orden alfabético): José Asenjo Sedano. Ricardo Bellveser. José Barranquí. José Carlos Cataño. Carlos Clementson. Miguel Angel Diéguez. Emilio Durán. Antonio Enrique. Nicolás Extremera.  Domingo F. Faílde. José Fernández Castro. Antonio Gala. Manuel García Viñó. José Gaitán. Juan Goytisolo. Carmelo Guillén Acosta. Miguel Herráez. Francisco Izquierdo. Manuel Jurado López. José G. Ladrón de Guevara. Juan León. Jacinto López Gorgé. José Lupiáñez. Manuel Mantero. Gregorio Morales. Enrique Morón. Mª Antonia Ortega. Pedro J. de la Peña. José Polo. Eduardo Pons Prades. Antonio Porpetta. Vicente Presa. Carlos Rigual. Antonina Rodrigo. Antonio Rodríguez Jiménez. Pedro Rodríguez Pacheco. José Antonio Sáez. Andrés Sorel. Eduardo Tijeras. Javier Tomeo. Alberto Torés. Miguel Veyrat. Manuel Villar Raso. Fernando de Villena.

3 comentarios:

  1. LO QUE HACEN ES VERGONZOSO Y REPUDIOSO.
    ASI VA LA SOCIEDAD DE CULO.
    UN ABRAZO
    LO COMPARTO EN MI FACEBOOK

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  2. Y supongo k hoy sigue peor k en 94! Verdád Gregorio?

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  3. En efecto, no sólo ha seguido igual, sino que todo lo denunciado ha crecido en proporción geométrica. Pero los castillos de naipes siempre caen en algún momento. Éste ha llegado muy alto y la debacle será aparatosa.

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