miércoles, 27 de marzo de 2013

ESCALERAS


«Cientos de miles de españoles reclaman su derecho a usar escaleras»

Floristas del cementerio de Granada pertrechadas de sus tradicionales escaleras que permiten a los clientes ascender a los nichos (foto Ramón L. Pérez en IDEAL)
ESCALERAS

“¿Quién me presta una escalera, para subir al madero, para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno?”, reza la saeta popular. “¡Nadie!”, responden los chicos de Emucesa, que desde hace un par de años han prohibido a las floristas del cementerio prestar dichos utensilios. “¡Nuestros operarios subirán las flores previo pago de un estipendio, claro!”, han alegado una y otra vez estos eficaces pipiolos. Es decir, tienen mercenarios de las escaleras para mejor redondear la pasividad de los ciudadanos, que votan para que se haga política en su nombre, que van al fútbol para que se haga deporte en su nombre, que ven telebasura para que se peleen en su nombre y que a veces hasta contemplan películas eróticas para que se haga el amor en su nombre.
Pero he aquí que una oportuna sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 7 de Granada ha venido a devolverles a las floristas el protagonismo arrebatado. ¡Prestar escaleras es legal! La Empresa Municipal del Cementerio no podrá prohibirlo. Esto ha ocurrido en Semana Santa, para confirmar el bellísimo poema de Machado: “¡Cantar del pueblo andaluz, que todas las primaveras anda pidiendo escaleras para subir a la cruz!”.
No sólo los andaluces, sino los españoles todos, necesitan escaleras, muchas escaleras, para quitarle los clavos a esta democracia moribunda que nos conduce al Gólgota. Y es que los sistemas que vetan las escaleras acaban estancados y podridos. Afortunadamente, cada vez hay más españoles que, pese a la interdicción, las toman y asumen los riesgos, alejando de su vera a los subidores profesionales, que siempre actúan con egoísmo, codicia y desamor.
La vida es un holograma. En la más ínfima parte, está el todo. Por ello, la apropiación de las escaleras por parte de Emucesa ha sido la metonimia de la apropiación de las escaleras por las aherrojadas instituciones españolas, por su cautivo sistema electoral, por las avaras y cegatas clases dirigentes patrias. ¡No, no ha habido escaleras en España! Hace lustros que están requisadas. Por eso no puedes votar a personas concretas ni te puedes salir de una autonomía ni puedes fiscalizar a tus representantes, y por eso hemos vivido un expolio generalizado de las arcas públicas y de los pequeños ahorradores.
Las escaleras invitan a explorar y a descubrir, ¡y es lo último que querrían los gangrenados, los ahítos, los corruptos! De ahí que en lugar de escaleras hayan construido pozos donde arrojar a los temerarios que se arriesgan a inmiscuirse en “sus” asuntos. Pero justo porque en la parte está el todo, esta sentencia aparentemente trivial es la sincronía que trasluce cómo están cambiando las cosas y que no sólo las floristas, sino cientos de miles de españoles, reclaman su derecho a usar escaleras y ascender por sí mismos hacia la democracia. El envenenado paternalismo que hemos padecido está pues siendo reventado. Siempre hay una primavera que acaba trayendo luz a las tinieblas. ¡Por el momento, las escaleras son libres!

GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 26 de marzo, 2013
 

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