martes, 19 de noviembre de 2013

EL CHOCOLATE DEL LORO

«¡Ay si los miles de ratas que han padecido experimentos se levantaran de la tumba!» 

Estudio sobre la obesidad con ratas de laboratorio realizado por el dr. Alex Valenzuela (foto: MEDwave
El chocolate del loro 

NUEVA Y ÚLTIMA RESPUESTA DE GREGORIO MORALES A LOS AUTORES DEL ARTÍCULO PUBLICADO EN NUTRITION "ASSOCIATION BETWEEN CHOCOLATE CONSUMPTION AND FATNESS IN EUROPEAN ADOLESCENTS"

Sr. Director de IDEAL:
Algunos lectores deben de estar divertidos por esta polémica sobre el chocolate mantenida con un grupo de investigadores de las facultades de Medicina y Deporte de la Universidad de Granada. Y no es para menos, porque mientras yo he tratado de ser lo más aséptico posible por aquello de debatir con la ciencia, ellos han hecho alarde de singulares dotes literarias (¡chapó!), tal vez porque conocían bien las fallas, carencias y defectos de su estudio, y por tanto sólo podían poner énfasis en las metáforas y quizá también en el tono jocoso, motivado probablemente porque un hombre de letras había entrado en su campo. Y como suponen que ni los lectores ni el hombre de letras entienden su secreto reino, creen que lo pueden confundir como quien espurrea chocolate ante los parroquianos. Pero no puedes dar chocolatazos sin llenarte tú mismo, y de esta forma han proyectado sobre mí su propia confusión.
Primero mantuvieron silencio ante el tendencioso titular, masivamente difundido, de que “el chocolate adelgaza”, y sólo alzaron la voz cuando este mensajero dijo que no era ni podía ser así, y que, además, tan falaz noticia sólo agravaría la epidemia de obesidad que padecemos, de la que el azúcar (con la que se mezcla en grandes proporciones el chocolate) es una de las responsables. Luego me acusaron de no leer su estudio, cuando lo que hice no fue sino señalar las fallas que ellos mismos exponen: posibilidad de respuestas engañosas de los encuestados, limitación de los días tasados (¡sólo dos!), indeterminación del chocolate ingerido (¡del que encima excluyen el negro!), y la siguiente confesión: “Algo a tener en cuenta –afirman al final del trabajo- es que las asociaciones reportadas en este estudio [entre consumo de chocolate y bajo índice de masa corporal] podrían ser estadísticamente no-significativas tras una corrección por múltiples test”, es decir, ¡que un mayor número de test podría dar al traste con las ya de por sí precarias conclusiones!
Para mí, el edificio entero queda de esta forma derruido. Resulta sencillamente imposible que el chocolate indiscriminado, con su alta cantidad de azúcar, esté asociado a menos grasa y un índice de masa corporal más bajo. Otra cosa es el cacao puro. Si los nuevos estudios que se están llevando a cabo por la Nutrition Science Initiative resultan exitosos, se demostrará que no son las calorías las que engordan, sino el índice glucémico, de forma que la sandía, con pocas calorías pero de índice glucémico alto, estaría prohibida en un régimen de adelgazamiento, mientras el cacao, con muchas calorías pero de índice glucémico bajo, estaría permitido. ¡Pero jamás el azúcar, jamás! El estudio de los investigadores granadinos, en mi opinión, toca la verdad, pero la malinterpreta y la limita al no incardinarla en otros pioneros y más generales estudios.
Por lo demás, estos investigadores hablan de los antioxidantes como una de las virtudes del chocolate, cuando hoy día parece demostrado que se trata de un mito tan falso como lo fueron el éter o el flogisto. Y finalmente resulta lamentable que, en su contestación, adjudiquen a las encuestas los hallazgos de la relación entre tabaco y cáncer de pulmón o alcohol y cirrosis. ¡Ay de ellos si los miles de ratas que han padecido experimentos se levantaran de la tumba! Toda relación que no se demuestre experimentalmente es una hipótesis. Para testarlas están precisamente los laboratorios. Y a veces se testa en humanos, como ocurrirá en la experiencia de la Nutrition Science Inititative. Pena que lo de este equipo granadino sea el chocolate del loro, es decir, darle un tartazo al ínfimo mensajero para no entrar a fondo en la fragilidad de su estudio.
En lo que a mí respecta, dejo aquí la polémica. Ha sido un honor tener a estos científicos como interlocutores (¡excelentes, a pesar de sus debilidad muy humana por un día de gloria!) y ojalá hubiera más polémicas como ésta en los diarios. Después de todo me siento retribuido por sus respuestas, porque sólo se discute de lo que uno considera importante. Y para mí, su estudio sin duda lo es.

GREGORIO MORALES
GRANADA
Diario IDEAL, CARTAS AL DIRECTOR
Lunes, 18 de noviembre, 2013


SECUENCIA DE ARTÍCULOS

-"Chocolate envenenado" por GREGORIO MORALES

-"¿Quién ha envenenado el chocolate?" por M. CUENCA GARCÍA, J. R. RUIZ, F. B. ORTEGA Y M. J. CASTILLO

-"Chocolate sin cacao" por GREGORIO MORALES

-"Cacao... mental" por M. CUENCA GARCÍA, J. R. RUIZ, F. B. ORTEGA y M. J. CASTILLO

-"El chocolate del loro" por GREGORIO MORALES

-"'Al loro' con el chocolateM. CUENCA GARCÍA, J. R. RUIZ, F. B. ORTEGA y M. J. CASTILLO

2 comentarios:

  1. Hola. Quería comentar que la frase "un mito tan falso como lo fueron el éter" puede estar equivocada, y debería estar sujeta a reflexión. En especial proviniendo del abanderado de la estética cuántica, la cual me parece muy interesante y que comparto (tengo parte de físico y de poeta...).
    Dejo un enlace sobre la reflexión:
    http://es.wikipedia.org/wiki/Campo_de_Higgs

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    1. Lo que pasa con los mitos, estimado luisrogo, es que se pueden aplicar como comodines. Y de esta forma, sobre el éter se ha volcado el campo de Higgs de la misma forma que se volcó la constante cosmológica de Einstein... Pero, aunque pueda haber parecidos de contenido, son cosas muy distintas; de hecho, el éter era una mera suposición, sin fórmulas matemáticas de ningún tipo y se acerca al campo de Higgs como las teorías de Demócrito pueden acercarse al átomo real... Fueron mitos, pero los mitos llevan siempre en sí alguna realidad, si no, no existirían. Gracias por el interesante comentario.

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